Muchos son los sentimientos que se ocultan en nuestros corazones.
Los días pasan invariablemente mientras se burlan de nosotros. Seres efímeros que quedarán olvidados.
Nacemos sabiendo que vamos a dejar esta tierra muy pronto. Nacemos sabiendo que algún día aquellos que nos rodean y nos hacen sentir amados se irán de nuestra casa. Cada segundo que pasa nuestro final está más cercano.
Sólo nuestras obras más hermosas perdurarán en el tiempo. Sólo nuestro cariño, nuestros gestos, nuestras expresiones y nuestros pensamientos seguirán estando presentes en el aire. Dando vueltas entre la brisa marina.
Libros como El Solitario de Guy des Cars me hacen pensar en lo importante que es vivir felizmente cada segundo de esta corta obra teatral que llamamos vida.
Otro año más llenará mis neuronas muy pronto. Otra vez a fingir felicidad y alegría cuando lo único que hacen conmigo es hacerme doler las orejas. La verdadera felicidad está en algún lado, lo sé. Tendré que estar más atento.
Estos días sin escribir provocaron un sentimiento extraño en mí, algo que hasta ahora no había sentido. Un sentimiento demasiado parecido a la monotonía. Algo oscuro vivió en mis entrañas estas noches sin reflexiones. Algo maligno que se llenaba de satisfacción al sentirme retorcer de dolor. Logré aplacarlo, dormirlo hasta que otro suceso vuelva a abrir sus ojos negros sin brillo. Supongo que ahora podré escribir tranquilo otra vez.
Siento la falta de brillantez, la ausencia de contundencia. Esta entrada es muy pobre, como mi corazón aburrido.
Quise escribir esto simplemente para anunciar que Maty Presidente está de nuevo.
Y que desde mi barco mental, en el horizonte, se divisan las lejanas playas mentales.
Te necesitaba. Realmente te necesitaba, Mente...
Otro año más llenará mis neuronas muy pronto. Otra vez a fingir felicidad y alegría cuando lo único que hacen conmigo es hacerme doler las orejas. La verdadera felicidad está en algún lado, lo sé. Tendré que estar más atento.
Estos días sin escribir provocaron un sentimiento extraño en mí, algo que hasta ahora no había sentido. Un sentimiento demasiado parecido a la monotonía. Algo oscuro vivió en mis entrañas estas noches sin reflexiones. Algo maligno que se llenaba de satisfacción al sentirme retorcer de dolor. Logré aplacarlo, dormirlo hasta que otro suceso vuelva a abrir sus ojos negros sin brillo. Supongo que ahora podré escribir tranquilo otra vez.
Siento la falta de brillantez, la ausencia de contundencia. Esta entrada es muy pobre, como mi corazón aburrido.
Quise escribir esto simplemente para anunciar que Maty Presidente está de nuevo.
Y que desde mi barco mental, en el horizonte, se divisan las lejanas playas mentales.
Te necesitaba. Realmente te necesitaba, Mente...
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