Sueños, sueños, sueños...

El frío se despidió de nosotros, con sus ojos llenos de lágrimas.
La primavera despliega sus encantos coloridos, ansiosa por demostrar sus cualidades y belleza.
Las noches se ahogan. No llegan a respirar. Viven muy poco tiempo. Como nosotros.
Efímeros.
Pasaron muchos días y muchas noches rápidas desde la última vez que escribimos algo en el blog. Las horas pasaron sin que nos diéramos cuenta.
Aquel cumpleaños que parecía tan lejano e inalcanzable, quedó en el pasado.
Esta pequeña entrada está dedicada a todos nuestros queridos lectores, que al entrar se veían desilusionados al no encontrar nada nuevo en nuestro pequeño espacio verde-azul.
En estos días de incomunicación, pasaron muchas cosas por mi mente.
En esta reflexión quiero hablarles de los sueños. No los sueños que recordamos vagamente al dormir, sino los que se construyen en la fantasía del futuro, en los anhelos que nos dan una razón para seguir viviendo.
Hablé con muchas personas durante mi vida, y sé que en muchas cabezas, la mente está encerrada, bloqueada por la insulsa rutina.
Personas que no planean un destino, simplemente viven para volver a hacer lo mismo que hicieron hoy el día de mañana. Y pasado mañana. Y todos los días de su vida.
Amigos míos, algo está sucediendo en la cultura de la vida. Algo oscuro, que nos está robando la capacidad de soñar.
Las sociedades caen ante la simplicidad, ante lo que está a la vista y nada más. Espero que vos, que estás leyendo esto, evites el camino del automatismo.
Los sueños son lo más hermoso que tenemos. Lo único que nadie nos puede robar si los aferramos con fuerza. Sé que ya dije esto antes, pero un mensaje tan importante no puede quedar olvidado, sepultado ante palabras confusas: No dejes de soñar.
Cualquier sueño, aunque sea pequeño, liberará tu mente y alegrará a la esencia de tu alma.
Sueños. Deseos del corazón.
Volar, conocer el mundo, escribir una canción, contemplar la hermosura de la salida de la luna en el mar, mirar el mundo desde el lugar más alto que puedas alcanzar…
Sueños. Motivos para vivir.
No niegues tus sueños. Son ellos lo que deberían determinar tu vida. Ellos son los que te harán feliz.
Sin ir más lejos, no sé qué estás haciendo en frente de la computadora. Disfrutá el mundo. Tu mundo.
Te aconsejo que apagues la PC, salgas, no importa si es de día, de noche, llueve o haya mucho sol, y disfrutes. Alzá la mirada y contemplá la belleza del cielo. Cada versión de él es maravillosa.
Es tu decisión seguir tus sueños o conformarte con la rutina…