Situación de riesgo

Hoy me pasó algo que aceleró los latidos de mi corazón y dispersó la adrenalina que mi cuerpo guardaba por todas mis venas.
Estaba saliendo de casa y justo en el momento de girar la llave dentro de la cerradura (qué tema interesante; más tarde hablaré de eso) vi pasar un auto nuevo, conducido por un señor de mediana edad.
Hasta ahora esto no tiene nada de emocionante ni de adrenalínico. Todo era normal, a excepción de el acompañante del hombre, del que sólo pude ver una gorrita y una escopeta en la mano. Escopeta que apuntaba directamente a la cabeza del conductor.

Es increíble la capacidad del ser humano de adaptarse a todo, aunque esto signifique la degradación total de la cultura y la sociedad que es el ambiente de nosotros mismos.
Me puse a pensar qué haría yo en su lugar, pero pronto deseché esa consigna de mi mente. No tiene sentido. En situaciones extremas el que manda es el sentido de la supervivencia, y es algo tan impredecible como la fatalidad del futuro. Nadie reacciona igual; hasta me atrevo a opinar que la misma persona en dos situaciones totalmente iguales (deja vù) no haría lo mismo. La repetición del accionar, el método y el sentido común son propios de la mente conciente; un impulso está excento de tales limitaciones.
Hoy las emociones fueron muy contradictorias ante tal suceso. Emoción, miedo, intriga, curiosidad, interés, desinterés, bronca, impotencia, incredulidad, credulidad y un golpe frío de realidad. La realidad que viene incluída en la falta de imaginación.
Por eso les recomiendo, amigos míos, que den libertad y alas a la imaginación. La imaginación es infinita e inagotable: el único límite es la propia capacidad de la mente de asimilar tantos colores juntos.
Cualquiera puede verse envuelto en una situación de riesgo que haga peligrar la vida, pero sólo las personas que usen su mente serán capaces de sobreponerse y entender que, más allá de la desgracia, la miseria y la soledad, hay un mundo de plenitud mental que espera...
Un lugar al que sólo pueden llegar las personas que tengan la mente abierta a la felicidad y a la creatividad, que es el alimento de la vida.
De tu vida.

Desde estas lejanas playas mentales, Maty Presidente