31 de octubre de 2010

Mi vida

Quizás hoy no podré ver el sol. Pero seguiré mirando al cielo nublado.
Quizás las cosas no saldrán como yo las espero. Pero seguiré intentando.
Quizás no se acuerden de mí. Pero seguiré haciéndolos reír.
Quizás ella nunca me ame. Pero seguiré mirándola a los ojos.
Las hojas de los árboles están diseminadas por el suelo. Los pizarrones están repletos de tiza. Los colores de siempre. Blanco, azul, rojo, naranja, verde y amarillo.
Cuando una suave canción me despierte, me reuniré con ellos. Seré uno de ellos. Personas de azul. Mochilas en la espalda. Risas en el aire. Risas que me harán olvidar mi tristeza.
Nadie tendrá tiempo para mí. Como siempre.
La mañana me llevará a muchos destinos. El origen del universo. Mi propio cuerpo. El infinito reino de los números. La vida hace cien años. Un sinfín de emociones contradictorias envuelven a mi pobre corazón. Amor, odio, diversión, tedio, felicidad, tristeza, seguridad, incertidumbre.
Un sonido lejano me sacará de mis reflexiones. Diez minutos que se esfumarán demasiado rápido. Luego, el gran colectivo me recibirá otra vez.
Allí estás, como todos los días. Mis ojos imploran algo que mi boca no puede darte…
Venimos con la luna y nos vamos con el sol.
¿Me habré cansado de todo esto?
Quizás.
Quizás luego lo extrañe.
Quizás los extrañe a todos.
Quizás hoy no podré ver el sol. Pero seguiré mirando al cielo nublado.
Desde estas lejanas playas mentales, Maty Presidente.

1 comentario:

  1. gran reflexión acerca de una etapa tan importante en nuestras vidas, y como podemos llegar necesitar esos recuerdos, simplemente presiosos

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