23 de febrero de 2011

Luna

Su barco había naufragado.
Esa noche, solo y olvidado,
elevó sus ojos al cielo estrellado
y al ver la Luna quedó embelesado


«Luna hermosa», imploró,
«Ilumíname con tu tez pálida,
Ilumíname, hija del Sol,
dame tu sonrisa más cálida...
Envuélveme en tus brazos transparentes...»